En lo nuestro...¡estarás!

>> 10 septiembre, 2006

Iniciamos un incendio incendiándolo todo en derredor
sólo fue locura, calor y desesperación...
Ni el mismísimo Nerón lo hubiera imaginado,
llevando tú la mecha
y yo la antorcha en el corazón.
En mis ojos se clavaron los tuyos,
en mis manos se anclaron las tuyas,
en mi boca quedó impresa la tuya...
En mis noches estarán las nuestras,
es mis días estarán los nuestros,
porque desde ahora ya no habrá
tuyo ni mío
sino ...¡"nuestro"!
Estarás entre los leños de mi hoguera
esperando la primavera.
¡Siempre estarás!...¡sólo para mí estarás!

Lo importante en la vida son los momentos, esos que no se repiten nunca más...¡Sean felices!

Con amor... Regina Noctis

6 comentarios:

Anónimo domingo, septiembre 10, 2006  

Nerón: En julio del 64, dos tercios de Roma ardieron mientras Nerón estaba en Antium. Aunque se creyó que él fue el responsable. ¿Ese es tu Nerón?
Veo que hay otros que te están diciendo que te pongas las pilas, porque estás descuidando muchas cosas.La verdad es que mucho más pero no digo nada.

Un beso

Anónimo domingo, septiembre 10, 2006  

¡Te pusiste las piletas!
Te tienen a rienda corta hasta los lectores de este diario. No tienes forma de escaparte. Bien , me alegro, porque lo que hoy has publicado es muy tierno.

Anónimo domingo, septiembre 10, 2006  

Siempre está en nuestras vidas,
Siempre estás entre nuestros sueños,
siempre estás,
porque tienes la facultad
de estar aquí y allá
¿nunca te cansás Regina?

Anónimo domingo, septiembre 10, 2006  

Es lindo tenerte
pésimo compartirte
pero stamos acostumbradas
a ese molde que tú sabes..
Es difícil por momentos
seguir tus pasos
nos dejaste muy alta la valla.
Ojalá algún día
podamos llegar
aunque sea a ocupar tu sombra.

Anónimo domingo, septiembre 10, 2006  

Hacía tiempo que no te veíamos hacer magia y desaparecer tan ràpidamente. Estamos viendo poemas muy originales.Ahí tambièn estás haciendo magia.
Te queremos igual.

Cariños

Anónimo domingo, septiembre 10, 2006  

Ausencia.

Advertí tu ausencia. Y veo que, como el mismísimo Miguel-Ángel, obtienes de la palabra lo que él del mármol y de la piedra. Tú a golpe de tecla, él a golpe de cincel. Tú creas arte en tus poemas, él poesía en su Piedad, en su David, en su Moisés...

Hay quien dice que pusiste alto el listón. Permítame que le diga que para ti no hay listón, pues no saltas, sino vuelas. Seguirte es volar. Porque, como otrora ya dije, un sueño eres, y los sueños surcan los cielos como estrellas fugaces. Sólo nos queda su estela si seguirles no podemos.

Pero tu estela es larga como cometa ingente y a tu cola seguimos muchos...

No dejes nunca de brillar.

Küßen.