Babel...

La noche con paso felino deviene con apogeo...
¡se abre el tenue mausoleo
de unas bragas sensuales!...
¡se destila el zumo del deseo
con un suave contoneo de caderas y cintura!...
¡se desperezan las estrellas
del monte de Venus
con cadenciosos y sensuales solfeos!...
En trance extasiado,
cada célula va ascendiendo
y en la faz de un rostro subyugado...
¡se percibe el rojo vino de unos labios!...
y entre cumbres y remansos...
con tacto singular,
¡resbalan osadas las gotas del rocío
que riegan los campos!...
¡Se deslizan los ojos,
se extienden las alas,
se liberan los antojos,
se enfatizan las caricias,
se rompen las cadenas,
y cobran vida los instintos salvajes...!
¡La esencia es Babel ilógica,
rabel sin envoltura,
caos de epicentro dilatado,
auge del placer,
marea nocturna,
lava volcánica cuya fuerza se desconoce,
fuerza que desprecia cualquier límite,
inquieta piel,
recreo eterno,
veneno de miel!...
De pronto...
¡ todo es temblor y espasmos!
¡Las lascivas riendas frenéticas
arrebatan el opio ebúrneo,
estallando un ejército condecorado
de fuegos de artificio...
que se lanzan ávidos,
con paso de orgasmos!...
¡Expíanse los demonios del clímax!...
¡Un perfume de regocijo
aletea en el lecho con gesto de sosiego...
se torna cual chimenea en invierno!...
¡El fuego ha pasado
y la piel brilla aún, bajo relámpagos y truenos!...

REGINA NOCTIS
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