Hombre...

Hombre de medidas perfectas...

¡ánfora de temblores!


de fino roble,


erecto en féminas caderas...


¡Hacedor de atroces tormentos,


que afiebran los pensamientos...


y discurren las humedades


cual ríos de savia candente!...


La ondulación del vientre,


se plega a las planicies obscenas,


de recorridos inquietos...


¡abriendo la piel estrecha y concreta!...

¡Alucinada!... con azucenado nervio,

goteando los noes ineluctables,

cual verdugo al yugo en cuadro,

¡sediento de taberna!,

y...¡ cual tigre camorrero!,

inicias la batalla de los huesos...

Bajas cantando , minero iluminado...

cavando muy hondo,

con pasión desaforada...

hasta hallar la veta,

¡que lames y devoras!...

¡donde se vulneran los espasmos!...

cerrándose los ojos,

¡hasta llegar al gozo

con sublime e insereno vértigo!...

La avidez se desbarranca...

con los tentáculos ardientes,

y clavada en cruz...

¡soy virgen en santuario musculoso!...

¡No alcances la cima!

¡Retrasa la puerta al paraíso!

¡Lléname de asombro!

¡Despeña en Venus!

¡Agoniza lento!...

¡Siente lo que siento!...

¡Desparrama la nieve!

en la juntura de los océanos...

¡que resbale deliciosa

por la malva de mi cuerpo!...

¡Así es como quiero!...

Mujeres ( brujas)...este poema es para ustedes...sean felices y...¡vibren, ardan con gozo y placer!...

REGINA NOCTIS

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