Necesito...
>> 14 agosto, 2007
¡Necesito las tinieblas
de tus brazos extendidos!...
¡Necesito el silencio
de tus peñascos rumorosos!...
¡Necesito el goteo de la nieve,
de la roja sangre que palpita
como pendón flotante!...
de tus brazos extendidos!...
¡Necesito el silencio
de tus peñascos rumorosos!...
¡Necesito el goteo de la nieve,
de la roja sangre que palpita
como pendón flotante!...
¡Necesito las borrascas
que fermentan el trueno,
que sueñan con encantadoras galas,
con la espuma de tu increíble torrente!...
¡Necesito tus riscos y quebradas,
los témpanos de tu llama,
la agitación extraña
y tus laderas de acento vibrante!...
¡Necesito la clava de Titán,
el tropel de tu memoria,
el paroxismo del volcán,
las armas y tus cánticos de guerra!...
¡Necesito abrevar el aguacero,
desliz de gárrulos raudales,
con sabor a chubasco resuelto,
a pajonal revuelto,
descerrajando la tormenta
donde roda tu peñón!...
¡Necesito tu desierto,
inconmensurable, abierto, misterioso,
para mis labios hambrientos!...
¡Necesito el instante de tu altivez
con la armonía del viento,
con la fragancia de hierbabuena,
sobre la grana frondosa!...
¡Necesito de tus anhelos!...
¡Necesito que arranques la memoria,
brames suspirando
y evapores tus radiantes pupilas,
sobre mi cabello suelto!...
¡Necesito de ti!...
¡Necesitamos de ti,
manantial donde nacen
y renacen nuestras quimeras!...
Sólo tú y nadie más que tú, mi Señor, provocas la necesidad de necesitarte con desesperación, como jamás la sentí...
REGINA NOCTIS
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que fermentan el trueno,
que sueñan con encantadoras galas,
con la espuma de tu increíble torrente!...
¡Necesito tus riscos y quebradas,
los témpanos de tu llama,
la agitación extraña
y tus laderas de acento vibrante!...
¡Necesito la clava de Titán,
el tropel de tu memoria,
el paroxismo del volcán,
las armas y tus cánticos de guerra!...
¡Necesito abrevar el aguacero,
desliz de gárrulos raudales,
con sabor a chubasco resuelto,
a pajonal revuelto,
descerrajando la tormenta
donde roda tu peñón!...
¡Necesito tu desierto,
inconmensurable, abierto, misterioso,
para mis labios hambrientos!...
¡Necesito el instante de tu altivez
con la armonía del viento,
con la fragancia de hierbabuena,
sobre la grana frondosa!...
¡Necesito de tus anhelos!...
¡Necesito que arranques la memoria,
brames suspirando
y evapores tus radiantes pupilas,
sobre mi cabello suelto!...
¡Necesito de ti!...
¡Necesitamos de ti,
manantial donde nacen
y renacen nuestras quimeras!...
Sólo tú y nadie más que tú, mi Señor, provocas la necesidad de necesitarte con desesperación, como jamás la sentí...
REGINA NOCTIS