Yo...mi fastasma, mi otro yo...
>> 08 agosto, 2006
Caminé y caminé sin tregua, durante mucho tiempo a través de la planicie rocosa, semejante a un paisaje gilgameshiano. Quería apresurarme en dirección a una meta, pero ignoraba a cual. Cayó la noche. ¡Sombras tenebrosas perforaban mis sentidos!. Una ligera brisa flotaba sobre la superficie pétrea. De pronto, a mi siniestra, cuasi escondida por un requiebro del terreno, una construcción luminosa, apareció de súbito.
Me acerqué. Todo en derredor se presentaba tétrico, pútrido y deshabitado...
Me atrevo a traspasar el umbral y un gélido calórico atraviesa mi masa corpórea.
Masa incorpórea
eterna habitas,
en la sombra más transparente
te detienes...
envuelta en luz tamizada de espejos.
¡Almas! ¡Almas!
Centenares y extrañas...
Ciegas entre sí
deambulan con un dilatado frenesí.
¡Impalpables ausencias
desvanecidas!
que giran en sucesivos giros concéntricos,
rasgan estridentes gritos...
agudos, áridos, cenagosos, glaucos.
¡Sabiendo que jamás
persona alguna serán
y Tú, a ellas te unirás!
Desde los confines de mi Universo, con amor...Regina Noctis.