Carta abierta...
>> 18 julio, 2006
Querida amiga de años y años... compartiendo horas de café, lecturas, poesías, momentos que han convulsionado nuestros corazones y… ¡sí! , ¿porque no? ¡la vida!
Ya no escribo cartas y pido perdón si cometo algún yerro, tú sabes que me emociono al escribir.
Paso a contarte que abandoné nuestras tardes grises, esos amaneceres de opacidades, la playa en la que el mar trepaba empeñoso la costa, los paseos por las heridas cárdenas del monte Flamencos.¿Te diste cuenta? No era mi intensión hacerlo abruptamente, habrás comprendido…pero hay etapas que se deben superar, son signos de madurez, de algún registro que va marcando el trasuntar del tiempo…
Nuestros encuentros se iniciaron….allá por… ¿harán diez largos años? ¿más tal vez? Cuando encerrada, insensible y como muerta pasaba días enteros sin querer ver a nadie, sin que la vida importase un ápice, sin que el paso del tiempo marque una huella en mi rostro…y en esos momentos de delirio profundo ¡te ví!, te encontré al lado mío, muda, silenciosa, desesperada como yo…Comenzamos a caminar…arrebatadas en las corrientes destructoras del siglo, pensando en quien sabe qué, el amor, la miseria de vivir, un torpe llamado de los sentidos, la amistad (una ruin explotación), la generosidad, la abnegación, el sacrificio, una quimera o un desamor monstruoso y … en que en nada ni nadie hallaba gracia ante el fuero inexorable de mi amargo escepticismo…
Era un desequilibrio profundo en estas desigualdades de carácter, cambios bruscos, irritaciones sin causa ni razón, las mil pequeñas contrariedades de la existencia que me exasperaban, hasta el paroxismo de la ira, pero tú amiga estabas junto a mí…impertérrita, incólume, ecuánime, haciéndome saber que esta fiebre que embargaba mi mente debía ser pasajera, que no podría ser eterna…Y entonces salía como alma que se lleva el viento y galopaba..., galopaba como si en ese galope feroz quisiera arrancar el dolor que consumía mis entrañas…
Amiga, han sido tantos años…tantos…
Hoy, debo abandonarte a pesar de todo, porque ya no soy la misma niña de ayer, la vida me ha mostrado una cámara secreta, y en ella hay una fuerza que ha embargado mis sentidos, haciendo brotar en mí el halo del amor y así lentamente y como en delectación amorosa, las noches mutaron en eternos días, logrando que las fantasías vuelvan al Olimpo, conociendo nuevamente la ruta que me conduce a la pasión, al éxtasis, a la ilusión, al hecho de saber que es mío en las vacuidades de la mente, como soy suya…en cuerpo y alma…
Querida, compañera, paralelo sacro, no te ofendas, ya que he logrado lo que por años renegué, sin quererlo, sin buscarlo… así impávida, serena, deshojando las horas…Tú comprenderás, que por eso no puedo seguirte, ya no se torna una convicción, sino un deseo…
¡Te dejo en libertad, y que la mano de Cronos te indique nuevos caminos!…
Cierro las puertas al dolor, para darle paso al amor, sentimiento sin precio, sin prisas, sin premuras, que duele sólo pronunciarlo, pero es un dolor que no pesa, que sólo se vive... y que para mí…¡vino cuando menos lo esperaba, cuando doblegados mis brazos ya estaban!
Cierro las puertas al dolor, para darle paso al amor, sentimiento sin precio, sin prisas, sin premuras, que duele sólo pronunciarlo, pero es un dolor que no pesa, que sólo se vive... y que para mí…¡vino cuando menos lo esperaba, cuando doblegados mis brazos ya estaban!
¡ Cuando al destino ya estaba entregada!
¡Hasta siempre SOLEDAD!
¡Hasta siempre SOLEDAD!
Regina Noctis
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