Arabescos insolentes...
>> 08 noviembre, 2007
Cual cuchillos de faquir,
siento tus labios
en el malecón de los besos...
y rozando las horas de porcelana,
un tenue sol es cómplice
cuando tu rostro embriagado
dibuja en mi piel
¡todo cuanto anhela!...
Tras el vuelo de mi falda
ocultas la memoria,
pues conoces cada forma
en el mapa de mi esencia...
Dos estrellas incontroladas
alumbran tus falanges,
que van perdiendo la calma...
enredando mis cabellos en la nuca,
mientras la voz se desnuda...
y en el silencio,
las olas vienen y van,
rompiendo emocionadas
como nuestras almas enamoradas...
En la fragua de nuestros cuerpos.
avivando la obsesión y el deseo,
se van remachando a puro fuego...
suspiros y gemidos
te quieros y arabescos de salitre insolente...
Tus acordes sonoros...
entonan esa sinfonía perfecta,
¡que se torna conjuro!
cuando las luciérnagas místicas
son testigos
de la desatada tempestad...
¡Y te invento caricias...
me torno reina en tu tablero de ajedrez...
yunque, para tu martillo...
huella, en la alfombra de tu espalda...
cráter, en tu luna...
aldaba, para tu castillo!...
y resbalando mis ganas por entre tus sienes...
¡con brío, con fuerza!
vamos rumbo al trapecio
cual expertos equilibristas...
¡palmo a palmo!...
¡muslo contra muslo!...
¡pecho contra pecho!...
subiendo la temperatura,
¡sin límites ni complejos!...
seduciendo los instintos,
¡consumiéndote, consumiéndome!...
y vamos de nuevo naciendo ,
¡hasta alcanzar el mismo cielo!...
Un abrazo y mi amor de siempre...
REGINA NOCTIS
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siento tus labios
en el malecón de los besos...
y rozando las horas de porcelana,
un tenue sol es cómplice
cuando tu rostro embriagado
dibuja en mi piel
¡todo cuanto anhela!...
Tras el vuelo de mi falda
ocultas la memoria,
pues conoces cada forma
en el mapa de mi esencia...
Dos estrellas incontroladas
alumbran tus falanges,
que van perdiendo la calma...
enredando mis cabellos en la nuca,
mientras la voz se desnuda...
y en el silencio,
las olas vienen y van,
rompiendo emocionadas
como nuestras almas enamoradas...
En la fragua de nuestros cuerpos.
avivando la obsesión y el deseo,
se van remachando a puro fuego...
suspiros y gemidos
te quieros y arabescos de salitre insolente...
Tus acordes sonoros...
entonan esa sinfonía perfecta,
¡que se torna conjuro!
cuando las luciérnagas místicas
son testigos
de la desatada tempestad...
¡Y te invento caricias...
me torno reina en tu tablero de ajedrez...
yunque, para tu martillo...
huella, en la alfombra de tu espalda...
cráter, en tu luna...
aldaba, para tu castillo!...
y resbalando mis ganas por entre tus sienes...
¡con brío, con fuerza!
vamos rumbo al trapecio
cual expertos equilibristas...
¡palmo a palmo!...
¡muslo contra muslo!...
¡pecho contra pecho!...
subiendo la temperatura,
¡sin límites ni complejos!...
seduciendo los instintos,
¡consumiéndote, consumiéndome!...
y vamos de nuevo naciendo ,
¡hasta alcanzar el mismo cielo!...
Un abrazo y mi amor de siempre...
REGINA NOCTIS