Sueños...

>> 04 octubre, 2007


Las tibias sombras de la noche danzan sobre mis párpados, pesados y agotados por el largo trajín del sinuoso día.
Tras la marabunta de voces, de sonidos de impresoras y teclados, de dictados y de cátedras, enseñando los misterios de la lengua francesa... los despojos de mi esencia, se desploman sobre un sofá, luego de una ducha acogedora y de sentir la piel renovada. Me dispongo a esperar a mi dulce niño que llegará al hogar.
Con las manos sedosas, los ojos sensuales y la sonrisa de un sexy adolescente, me rodea entre sus brazos y me embriaga con su ternura, con esa mirada exquisita de hombre ideal vestido de amor eterno, el que me llena de orgullo.
En menos de un segundo...¡ toda Francia se introduce en su boca!. Sus ojos azules me acarician, ¡mientras las ondas de sus cabellos vibran entre mis manos o mis manos vibran entre ellas!. ¡No sé cómo sucede ésto!, pero en un instante la cálida espesura de mi sexo deglute rítmicamente la palpitante oscilación de su erecta virilidad. Mis felinas zarpas arañan los audaces suspiros de su alma y surcan sus muslos, ahuecando profundos sonidos que desgarran la humedad de mi esencia de fémina, mientras sus manos modelan mis senos, dóciles cual arcilla presta de artesano experto entre sus falanges, y la pendular penetración se acelera cadenciosamente. Ahora mis pezones ceden a la fricción de su lengua, que en círculos irregulares degusta el salado, terso, excitante e intenso aroma de mujer. ¡De mujer que deja huellas extasiadas en la piel , esa piel que ansía todo con la urgencia del sosiego impaciente!...
Un enredo de trashumantes caricias asfixiantes, se va tejiendo entre nuestros cuerpos, por la magia de la ya frenética cópula, que se va deslizando entre gemidos embriagantes y deslizantes hiperbólicos sismos pélvicos . Entonces la aceleración llega al límite, al punto de resonar, cual convulsión titánica de espasmos, alcanzando el cisma orgásmico azul que se esparce por entre las profundidades volcánicas , recorriendo el intersticio de las sábanas, ¡hasta culminar en un temblor interno exacerbado de música de gemidos apagados, de lujuria, de amor, de entrega plena!...

Desciende con sus manos hasta llegar a mi esencia y esa fragancia erótica de elixir y de sexo, se anticipa instintiva, gateando por el paladar, separa los pliegues de mis pétalos y descubre la enervación de mi centro. Lentamente se sumerge y comienza la serpeante libélula a resbalar osada y con suavidad, degustando con ahínco, hasta que mi excitación se potencia y se posesiona,se torna obsesa necesidad de más y más...¡provocando la galopante combustión en un único ardor!
Mi lengua ahora, es la que juguetea entre sus piernas , perfilándolas con sutiles succiones. Cuando el clímax se aventura por la avenida sensual, divagas con indescriptibles sensaciones, que obligan a sentir que los ojos son fogatas encendidas, que los labios son chisperos implacables , pero llenos de sed, de entrega y apetitos inevitables e imposibles de contener. ¡Urgidos de todo!...

En ese instante, ¡no hay más que instintos desatados, pleonasmos estrepitosos, pensamientos irracionales!.Vamos reconstruyéndonos cuerpo a cuerpo, desde el desmoronamiento espontáneo y sublime, al calor de confundidas campanadas gloriosas, hasta la ascensión por tu vientre transparente, recorriendo el hueco de tu ombligo, el contorno de tus caderas, la exaltada yugular y el lóbulo de tu oído para susurrar palabras que aceleran tu ya agitada respiración. ¡Cedés, entonces, a mis manos! y tu cuerpo gira en el lecho hasta que tu rostro se sumerge en la almohada. Cubriéndote con mi cuerpo, acaricio tus labios carnosos para humedecer mis dedos en tu boca, que los liba sin demora, ávida de pasión. Con los dedos embebidos en tus labios carnosos y plenos de dulzor de miel, separo mis piernas y recorro tu columna vertebral, desde principio a fin, deteniéndome en cada espacio, doblegándola a mis propósitos, y presionando cada tanto tus glúteos que me enloquecen y hacen delirar... Un gemido ahogado sesga la curvación de mi cintura. Girando cual hojas arrastradas por el viento, en loco frenesí sostenido, con rítmicos y profundos impulsos, tu Ser, se refugia anidando en el cráter de lava que comienza a devorarte en la salvaje cópula que se derrama , escabulléndose silábicos
susurros anhelantes de fusión de besos, de miradas, de penetradas lenguas, de ávido sexo que devasta, deseado e insaciable.
Entras y sales, vienes y vas, provocando una estelar tormenta que raja los sentidos, y que prosigue con serenas caricias.
Cuando nuestros cuerpos se separan, ¡toda Yo, tiembla!...
Intento buscar tu rostro, tus ojos, pero algo me aleja... y esfumándote entre sensaciones y desperezos, despierto, como todas la mañanas, saboreándote en mis sueños...


REGINA NOCTIS

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