>> 29 julio, 2006

La tierra, es algo más que el suelo en el que habitamos, en el que fijamos un domicilio y nos establecemos. Es el lugar donde anclamos nuestras raíces, donde sembramos lo mejor de nosotros y sólo cuando el terreno no es fértil, pues nos desgarramos el alma y volvemos a trasplantar lo que queda de nosotros.
Mi refugio, mi espacio sideral, en el corazón está situado, que cobija mis sueños, mis anhelos y que hoy se ha vestido de tristeza.
¡Se siente el vacío, la vida ya no es vida, hay tanto dolor, tanto sufrimiento!... Los rostros en las caras de mis bellas gentes, otrora alegres, se han tornado agrios y pesados como una giba que no pueden deslindar de sus espaldas.
¿Qué les ocurrió? ¿Qué nos ocurrió? Francamente explicaciones no tengo, sólo puedo decir que cada vez es más frecuente que las casas se armen de murallas cual Berlín .Los cercos se hacen enhiestos soldados que encubren tras sus rejas los sueños ocultos de la vida efímera en sociedad.
Las apariencias han ganado la calle y la realidad se puso un maquillaje que no se puede borrar ni aún cuando se compre la mejor careta que el dinero permita adquirir.
Nuestros hijos, ya no tienen ese gozo como el que perfumaba mi infancia, ni la inocencia con la que mamaba los estudios, buscando “un futuro”. Veo con asombro que no hay leiv motiv para resolver sus vidas, sino especulación con ser candidatos a “político de nada” o estar en una cola recibiendo una bolsa de ayuda gubernamental para sobrevivir, anque con una prole numerosa, convirtiendo en miserables vidas las propias y ajenas, signadas bajo el lustro de la ignorancia y la barbarie.
Parece que echamos a rodar una rueda que no podemos detener, se ha tornado imbatible, tanto que ni “genios políticos” ni “ autoridades educativas” le han encontrado el mecanismo o engranaje que permita frenarla.
Tal vez porque ese es el “quid” de la cuestión, generar ciudadanos ignorantes, para que se conviertan en traperos del mundo, escoria de la sociedad y peones, que en un tablero de ajedrez sólo sirvan de comida a los explotadores dueños de las empresas, por un mísero salario.

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Ayna mesenken: Taïel
Mi nombre es ausencia…
Mi voz libertad…
Mi corazón es un latido espasmódico
buscando la verdad…
¡Dime, Námenk!
¿alguna vez me amarás?
Newén mapu traigo y
es testigo cómplice N GUENECHERÍ,
que adsowe makescoten
de mesenken te ofrezco.
Yakchow, komenk, youchousk y kren chyaik
mis pasos van guiando,
y con cálidos besos
siempre arrullan mis dulces sueños…
¡Ayna, soy!... y sólo eso quiero ser…
Mírame a los ojos y dime entonces
¿alguna vez me dejarás caer?
¡No quieras que despierte!
¡No me obligues a despertar!
Aún mis alas son aloiken
estoy aprendiendo a volar…


Regina Noctis

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Historia de...mujeres...

Toda historia que encierre una decena de mujeres es dable de suspicacias, relaciones obscuras, brujerías y secretos encubiertos.
En la Grecia primitiva existió una sociedad de mujeres, en la que se progresaba de iniciación en iniciación. Éstas, se hallaban vinculadas, en su origen, con los cultos de las grandes divinidades femeninas: Hera, Artemisa, Atena, Deméter, herederas más o menos directas de la Gran Diosa del mundo Egeo, diosa del árbol y de la vegetación, dama de las fieras y de la naturaleza salvaje. Habían de ser acaparadas progresivamente y asimiladas por el culto de Dionisio. Iban acompañadas de danzas frenéticas y acompasadas por la flauta, que pronto llevaban a las bailarinas al estado de trance y éxtasis, con la boca abierta, la nuca doblada, todo el cuerpo tenso y echado atrás, en actitudes que evocan las de las clásicas crisis de histeria. Incluían alocadas carreras en procesión, a la luz de antorchas, a través de zonas boscosas y montuosas. Las iniciadas de las más antiguas categorías, llevaban sin duda, en esa ocasión, al menos en el culto de Dionisio, la nébrida, la piel de cervatillo, del animal sacrificado para ellas en el curso de una iniciación anterior, sacrificio que iba acompañado generalmente de laceración.
Actualmente, digamos… ¿diez?… más o menos mujeres que se
“encuentran” por casualidad, en alguna reunión, para dialogar, festejar una fecha importante o simplemente planear proyectos en conjunto, es tema suficiente para que se piense en bacanales de lenguaraces que sólo se limitan a vestir de traje a algún pobre inocente.
Yo prefiero llamar a estas reuniones, “tertulias de debate”, en las que se presentan varios puntos de vista de un mismo objeto, se lo analiza integralmente y luego se intenta arribar a una conclusión más o menos acorde para todas. Claro que hay momentos, en que no siempre los puntos coinciden y es cuando se debe rever la situación más profundamente.
En estos convites elitistas femeninos, aquellas que lo integran, saben de antemano que la honestidad debe predominar, como así también fuertes lazos de amistad, porque es el único requisito que se precisa. La amistad une, sella y fortalece, solivianta y hace funcionar cualquier ejecución, en cualquiera de los sentidos.
Si alguna de vosotras se identifica con alguna de las diosas anteriores, vaya pensando en estas reuniones bacanales, conviértase en una y forme una
gran procesión, diviértase bailando y verá que la vida es más bella al otro día. Luego cuénteme si acaso Regina Noctis no ha tenido razón…


El paso del tiempo


En la frontera que rodean los cotidianos días de oficina,
Tú , enigmática, caminas ostentando esa gracia angelical
que conservas a pesar de los años.
Pisadas de fuego al andar
indican ese toque sensual
y la mística forma de amar.
Miras al mundo y lo diezmas,
Miras a un hombre y lo derrotas
¿Qué te hace especial mujer, que
los años son simple bicoca?
¿Qué secretos ocultas que la locura provocas?
¡Mujer!
que con tus ojos devoras,
con tus palabras enamoras,
con tu voz destronas…
¿eres un sueño o sólo una fantasía que poco a poco
atas y desatas?


Con mi afecto y amor Regina Noctis

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