>> 16 octubre, 2006


Una mujer deambula en un bosque obscuro, cuya única guía es la luz de un pequeño candil. Vaga , con la luz casi extinta de una esperanza olvidada y desierta...
En los ojos la pasión se había adormecido , la voz de guerrera acallado y el espíritu indómito y vibrante escondido...
En el alma, muchas batallas ganadas, ostentaba orgullosa y recuerdos rutilantes de tiempos antiquísimos, pero desencadenada del presente, sin miras a un futuro, destilada a sopesar los días símil mármol impertérrito y atrapada en la monotonía del desarme nuclear...
En las manos, cargaba zurrones de amor, sosiego, letanía y...¡pesar! Mas, no por ello se había dejado abatir, sólo olvidado de vivir, dedicado a esperar...¡sólo esperar quien sabe qué! Tal vez una brisa de aire, de sol, de...¡amor! ¿Alguien lo supo? ¡Jamás respuesta a tal interrogante habrá!
Sola, con su soledad...perdida en el túnel del abismo terrenal, la mujer...la niña...comenzó a caminar un último trecho, y al hacerlo, temerosa... denotó una fragancia irreconocible, inexplicable, que la embelesó cual lluvia de cataratas escurriendo gota a gota toda la superficie porosa de sus seducciones felinas ...
¡Al fin despertó! ¡Advirtió que seguía en el mundo! ¡Observó a ese Universo que sólo estaba aguardando misteriosamente y sin pretender movimiento alguno pero...con el cansancio del paso del tiempo, que marcaba en su ceño, la celosía de los días otoñales y el hastío monocorde, del mismo sonido en cada amanecer y en cada anochecer! ¡Sólo tal vez , era cuestión de fusión de átomos, cuyos iones y neutrones, deben estar alineados para poder transformar las materias!
Sherezade, con paciencia y amor, le narraba así una y otra vez cada noche, historias al Visir. Quien extasiado con ellas, fue necesitando de esa presencia que endulzaba su alma y su mente.
Al concluir cada una, para que el sueño fuere placentero y excitante, al son de una música muy suave, danzaba a su alrededor y le cantaba una canción como ésta:
¡He nacido para quererte...!
¡He nacido para adorarte...!
¡He nacido para ser soplo de aliento...!
¡He nacido para atormentarte en cada tarde...!
¡He nacido para ser tu mejor copa
embriagarte, seducirte y llenarte de mí!...
¡He nacido para que sólo seamos dos
y construyamos una isla de ensueños...!
¡He nacido
porque sólo he sabido
que el destino un día,
había signado nuestras vidas,
tejiendo hebras de tu alma junto a la mía...!
Sean felices cada día...Con amor Regina Noctis

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