Me siento.............
>> 30 enero, 2007
En el fondo del abismo corporal,
la humedad... ¡se refugia!...
¡se torna faro!...
¡se torna vida!...
¡Me siento pionera de tus suspiros...
conquistadora de tus pudores...
navegante de tus manos...
guerrera desafiante de tus encantos...
vampiresa de tus muslos...
amante de tus espasmos...!
Cerrando mis ojos,
en la perversión de mis antojos...
¡enraizo mi sexo a tu cuerpo!...
¡bebo en el tormento de tu alma,
desde el contacto más sublime...
hasta lo profundo!...
¡escalo las cumbres borrascosas
de tu cuerpo!...
¡ensayo la danza de vientre,
que moviliza tus besos silentes!...
¡increpo desafiante la tibieza
de tu néctar meloso...
estallando entre susurros y requiebros
con mi desnudez!...
Amor...
¡La felicidad se apasiona contigo!...
¡La dicha se desnuda conmigo!...
¡Pero juntos siempre, caminamos al mismo destino!...
Cada día hay nuevas aventuras...cada día, nuevos universos por descubrir, siempre encadenada al
amor , navegando en el éxtasis de la pasión ...¡sólo así soy feliz! .Descubran ustedes la felicidad también y ¡persistan!...
REGINA NOCTIS
8 comentarios:
Bueno, no es tan tan, pero tampoco suave suave. ¿De dónde sacás tanta foto? Es lindo. Me intriga el mensajito, de los tres versos del final. ¡Ese alemán, debe sentirse dichoso! ¡mirá que ponerle con semejante desparpajo, unos versos para él.jajjaja.
Apareció Uwe y se largó con todo. ¡Dos en un día!¡Todo un logro!
Abrazos chicos y cariños a las chicas.
¡Che! ¡Llegó Batman, salió de la baticueva. Trajo historias.De las que nos gustan.Uwe como siempre bajo el baticinturón lleva algo y
lo saca cuando lo necesita.jajaja
¡Bien, batichico!
Besos a todos
O sea que no estaba en el caldero de una...pero en algo estaba que lo tenían ocupadito. Falta Robin.
Debe andar de equilibrista por ahí.
Che Uwe, no es que seamos metiches
pero vos desaparecés y desaparecés, como batman, lllegás
y zum! alguna piruetita hacés, algo nos traés, y bajo el cinturón
guardas cositas de esas que nos gustan y son ¿interesantes?¿enormes? no sé ,no encuentro la palabra a ver ¿grandes? ¿hermosas?¿de múltiples usos? ¡eso! ¡para muchos usos!jajajajjajaja.
La foto de hoy es...¡es! ¡pero no te pasés bruja! ¿eh?
Besos y cariños.
Pepe, el mensajito ése fue a quemarropa, el de la bruja.
El poema, está lindo, no fue fuerte, a pesar de que venían con el garguero sin resollo no fue malosa, como esperaban. jajajja.
¡Apareció el elenco de de Batman Return!¿Qué tal las alturas?
¿Cómo anda la baticapa? ¿guarda muchas cositas? ¡ah, no! ¡las cositas se guardan debajo del cinturon! ¿o era en el cinturón? Hay poco espacio allí. Debe estar todo apretadito. jajjaja. Bueno, aunque el traje es de esos que se estiran. ¿Será mucho o poco lo que se estira? jajjajaja.
Ale, lo que guarda, será unos de esos tantos misterios de la naturaleza jajajjajajajaj.
Regina, fuiste bruja pero no tanto.
¿Te estás regenerando? ¡nooooooo!
¡Uwe!¡Llegaste! ¡Viniste! ¿te soltaron? ¿estabas con el acertijo, con el dr. frío o con la hiedra venenosa? jjajajajajja.
Enroscado entre algunas flores o pier....no000! ¡eran ramas ! ¡qué tonta!jajajjajaja.
¡Lo tuyo es sacrificado!
Cariños ¡ no te sacrifiques tanto!
¿Enroscado en pier.....? ¿Ah, ya sé!Lo que pasa es que enrosca las piernas para bajar a la baticueva!
¡era eso no? Yo no entiendo algunas cosas chicas.¿dónde se mete entonces? Le vamos a poner en el blog, en una puntita, el mismo sello para llamar al batichico, que en la peli.jajajajajjaa.
¿Falta Robin! ¡De rojito! hmmmm
ése es otro misterio de la naturaleza. jajjajajjaa.
¡Nos vemos!
¡Che, chicas! El batichico quiere saber de qué se trata lo del dúo dinámico!¿ Le decimos que salió la noche de navidad? Cuando le pre guntábamos a una bruja, quienes eran y sólo decía que eran un par de chicos que se habían unido al blog curioseando? Y nosotros le dijimos que eran un dúo particular y ella contestó que eran un dúo dinámico. De ahí lo de batichico y lo de robin que lo dijimos nosotras, pero conste que la idea la dio la bruja mayor, de ella fueron esas dos palabras. jajajjajajajaja.
¡Ufff! Y... ¡¿Quién no se rendiría ante tal mensaje?!.
Pepe, ¿sólo dichoso?. Estoy seguro que ese alemán "flipa" en colores. Estoy convencido de que la bruja lo tiene como la serpiente del Libro de la Selva al Mougli aquél con los ojos entornados dando vueltas como un tiovivo y con chiribitas. ¡Pobre alemán! Tendrá vida, pero vegetativa; del resto es dueña y señora... (mejor me callo).
Bueno, bueno, de lo que se entera uno. jajajajaja. Gracias por el dato, Mariana.
Por lo que al "bati" se refiere, lo más que hay de "bati" es la "bati-dora" y no sé si va a pilas o a la red (venía sin manual de instrucciones y ante no saber qué hacer con un aparato de esos, lo mejor es donarlo a la ciencia). :P
Y (¡mala suerte!) no hay "bati-cinturón", sino "bati-tirantes", así que nunca se podrá saber qué escondería el baticinturón. :P
Ni siquiera la navaja suiza esa que menciona Juani de los mil usos. Esas navajas con cachas de marfil que tienen lima, tijerillas, destornillador, etc. (hasta un mondadientes, o escarbadientes como le dicen ustedes por allá).
De todas formas, me viene a la mente... ¡Bah! Os voy a contar una anécdota, pero xfi, que no transcienda y que no se entere nadie. En cierta ocasión, en unos de mis viajes, fui a ... un país tropical. Y un amigo a quien le comenté de mi viaje, me pidió encarecidamente que le trajera un mono de esos chiquitines (un titi).
Así que fui, me pasé la semana haciendo mis cosas y cuando iba a regresar, estando ya en la zona franca del aeropuerto, me acordé del mono de marras. ¡Qué olvido el mío!. Había que verme por todos los establecimientos de la zona franca del aeropuerto buscando una tienda de animales. Pero tuve suerte, que la había y para mayor fortuna tenía una cría pequeña de titi. ¡Fue glorioso para mí poder cumplir el encargo de mi amigo!, aunque me supuso gastar los últimos 200$ que me quedaban. No me importó, porque ya regresaba a casa y no necesitaba disponer de efectivo ni para taxi.
Pues bien, cuando fui a embarcar, una azafata se acercó a mí y señalando al titi que llevaba en la palma de mi mano, me dijo que no podía introducir animales en la zona de pasaje del avión, que debía adquirir una caja o jaula y facturarlo como equipaje para ser transportado en la bodega del avión en un apartado específico para animales. De inmediato me acordé que no me quedaba ni un ochavo para comprar no ya una jaula, ni siquiera una caja de cerillas. Así que traté infructuosamente de razonar y convencer a aquella azafata con cara de «rottweiler» enfadado.
Total que me fui hacia el pasillo lucubrando de qué modo podía salir de aquel trance (no podía dejar de llevar el monito, pero no disponía de dinero para comprar la jaula o caja de transporte). Dándole vueltas, se me ocurrió una idea: me fui a los servicios (toilletes) y oculté al monito en esa zona donde los hombres tienen el “cerebro de la bestia”. (No pidáis explicaciones, porque no os las voy a dar).
Así que una vez oculto el bichito en ese sitio, me encaminé al embarque. La azafata me miró y me dijo: “¿Ha facturado al animalito?”. Esbocé una sonrisa de circunstancias y le dije: “¡Mejor que eso! Lo he devuelto a la pajarería donde lo compré”. La azafata arqueó sus cejas y se encogió de hombros; pero me dejó pasar.
Ya en el avión, tomé mi asiento y a mi lado venía una monjita (¡eso es, habéis oído bien: una monjita!). :P
Al poco se avisó por megafonía lo de ponerse los cinturones y que iniciábamos el despegue. Pues... a mitad de despegue... en ese momento en que el avión está a 45º en pleno ascenso... se me escapó de la garganta un gemido como de ultratumba (un ¡ah, ahh, ahhhh, ahhhhhhhhhh!). La monjita me miró asustada y me preguntó: “¿se encuentra bien? ¿le sucede algo?”. A lo que le respondí tan pronto recuperé la compostura, que no, que estaba perfectamente, que era la impresión del despegue, que era casi la primera vez que viajaba en un avión y... no estaba acostumbrado.
Así las cosas, el vuelo discurría tranquilamente cuando... más o menos a mitad de viaje... se me nubló la vista y acudió a mi garganta otro lamento: “¡ah, ahh, ahhhh, ahhhhhh, ahhhhhhhhhhhhh!”. La monja sobresaltada, me volvió a preguntar si estaba bien, si necesitaba algo, si estaba enfermo. Y otra vez, en lo que me recompuse, le expliqué que me estaba acordando de las penurias de las gentes que pasan hambre y miserias, lo que me compungía sobremedida y ... que no pude, en fin, evitar el quejoso sonido que había proferido. No la vi muy convencida a la monjita; pero al menos no insistió.
Estando ya a poco de llegar a destino, hete aquí que de nuevo me vino a la garganta un clamoroso “¡ah, ahh, ahhhh, ahhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhh!”. Los ojos revirados, la cara desencajada, el labio caído de un lado, y la cabeza «campaneando» de un lado a otro como pizarra de dalle en colodra. Era un cuadro verme, pero más cuadro era ver la cara de susto de aquella monjita que me asía de las solapas y me zarandeaba para que volviera en mí. Lo que gracias a Dios consiguió, y cuando me vio tomar color y recuperar la vista, me dijo: “¡Esto no puede ser! ¡Está usted muy grave!, ¡voy a avisar a la azafata para que le dé una aspirina o algún medicamento!”. La eché mano al hábito para sujetarla y le dije: “Hermanita, ni se la ocurra, por favor”. “Que no, que no, que usted está muy grave y necesita ayuda” –repuso con insistencia. Así que no me quedó más remedio que explicarle, para que no me delatase, lo del mono en cuestión, y que si avisaba a la azafata, corría el riesgo de que me pusiera en situación azarosa y comprometida. Luego de un buen rato hasta que logré convencerla, se quedó tranquila y se sosegó; pero de repente, se volvió hacia mí y me preguntó: “Pero... si lleva un monito... ¿dónde lo lleva?”. ¡Menudo aprieto el que se me planteó!, así que como pude, le expliqué más o menos dónde lo llevaba alojado. Y cuando le dije que se trataba de una cría, no sé si es que le entró el instinto maternal, pero se obstinó en que quería verlo. Le dije: “Pero hermana, ¡cómo le voy a enseñar semejante parte!”. A lo que me repuso: “¡Bah, bah! Que soy religiosa y esos lugares no los miro con lujuria ni me provoca su visión libido alguno. Además, lo único que me place ver es la cría de titi”. Ante tal razonamiento, aunque un poco desconcertado, pues... desabotoné y dejé ver (¡era una religiosa sin malos pensamientos!).
Allí estaba el titi, hecho un ovillo peludo y durmiendo plácidamente. La monjita exclamó: “¡Oh, qué lindo! ¡Qué bonito que es y qué a gusto se le ve! Y está hermosote y se le ve bien criado”. Y ante tal comentario no pude evitar responder: “¡No te fastidia! ¡Pues podía estar mal después de tres biberones que se ha tomado!”.
En fin, una batalla más de este misionero.
Jajajaja. Lo del Robin y de rojito, ni que “pintao”. Aunque, sin que se entere tampoco nadie, el rojo de ese Robin es el piloto que le marca la reserva. Jajajajaja.
Chicas, no largo más, que luego todo se sabe y....
Bueno, pandilla, que me liáis, y me quedo sin tinta y sin líneas “ande” escribir.
Sed felices.
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