Alfabetogammadelta.....tú mi primer amor...

>> 05 agosto, 2006

Pudo ser un amor de los grandes pero el final tuvo que ser así. No estabas el día en que debías asistir. Te esperé en ese banco, ése que sólo tú y yo sabemos.
¿Recuerdas? ¡No! ¡No asististe! Rompí cada una de tus palabras y las arrojé al viento, aún las siento como puñaladas groseras de tu espíritu rebelde. No sabes el dolor que inflingiste en este pobre ser humano.
Pensar que te conocí por accidente, pensar que fue amor a primera vista, pensar que fue porque el destino lo puso así.
No sé cómo te permití llegar tan lejos. Te dí mi corazón y lo mantuve abierto, porque sé que no era algo perfecto…pero tú ¡ingrato! ¿que me has hecho?
La primera vez que posé mis dedos sobre tu cuerpo suave…bordado de sustantivos vestidos con dalmáticas, adjetivos que escudan el alma de los poetas y verbos amos de lo maravilloso y lo absoluto, supe que sería el fin… ¡mi fin! Nunca dejarías de ser mío.
Sentí esa primera vez…un cálido éxtasis, y la humedad de mis poros fluía y refluía sin ton ni son. A tontas y a locas, invocaba tu nombre a los cuatro extremos de mi Universo dilecto.
Se inició una pasión, que no se podía terminar, que no puede concluir, que no debe dejar de ser… ¡Y tú hoy me robas todo! ¡Hoy tengo ganas de ti!
Amor, amor, amor, me haces llegar hasta el clímax y de un plumazo lo tiras todo por la borda, hundiendo mis anhelos y esperanzas, cual Titanic en altamar.
Llenaste mi vida y después te ví partir….
No puedo apagar esta sed que provocaste en mi alma, me obligas a buscarte, a desearte, y me dejas…te vas…sin decir adiós.
Deambular sin tu compañía en solitario y con este dolor a cuestas, imprime independencia, madurez…¡Cuéntame historias de princesas y amores! ¡No quiero asustarme si no estás!
¡Ah!¡Ya comprendo lo que sucedió! ¡Finalmente entiendo! Tú me dejaste volar para que pueda crear, jugar, reinventar, forjar y traspasar las barreras de tus veintiséis letras.
Soberbia, orgullosa y decidida…enfrento la vida con tu ciencia, que es hoy la mía, y puedo dominar el arte de la palabra, y mis metáforas, símbolos o hipérboles son producto de ese amor que tuvimos a primera vista. Pero a pesar de todo… ¡te sigo amando! ¿Sabes porqué? Porque soy libre, porque puedo salir a luchar por los caminos de la vida y desfacer entuertos con la magia que has engendrado en mí.



Fue mi primer amor, y gracias a él, conocí el mundo y hoy lo recorro de la forma en que escojo y como mejor me place. ¡Es el lujo de dominar el arte de la ciencia de las palabras!

Mi amor, mi cariño y mi afecto con vosotros.

Regina, siempre Regina Noctis...¡sólo una...diosa!

8 comentarios:

Regina Noctis sábado, agosto 05, 2006  

Sobre una mesa pequeña
dulce niña estrenas,
un cuaderno
vestido de puntos y rayas.
Tus ojitos chispeantes no comprenden...
sólo intentan dibujar
y ves que fácil nada es,
la tarea que has de llevar...
Borrar y borrar...
y sigues borrando...
¡No sabes que en este punto
el amor por las letras irás alcanzando!
Una grieta en tu corazón,
año tras año
se irá ensanchando.
Metáforas pervertidas
estrenas en tu adolescencia.
Hipérboles y retruécanos
son tu esencia
y el oxímoron manejas hoy
con esmerada ciencia.
¡Duro amor mío
que flexible a mi pulso te tornas!
Poesía, fruto de la entrega cotidiana,
de la escritura esmerada,
de este alma condenada
¡a morir en cada verso
y revivir con un dulce beso!
¡Poesía que es mi poesía, mi vida, mi todo, mi mundo... y absolutamente eso!

Mis noches,mis días,mis versos llevan el sello de una mujer que conoce la lujuria de las palabras y que disfruta de ese pequeño arte de hacerle el amor a la poesía, cada noche...

Regina Noctis.

Anónimo sábado, agosto 05, 2006  

Regina:

Iba leyendo cada párrafo y me iba imaginando una cosa muy distinta a ese final, con el que terminas el texto.¿ Cómo se te ocurrió? ¿Quieres incendiar los teclados? Y eso de hacerle el amor...mmmm estás muy sensual con ese juego de palabrss.
Estás siendo , "perversa" como tus metáforas.

Un abrazo y hasta pronto.

Anónimo sábado, agosto 05, 2006  

“LA PALABRA



Transcribo la palabra,

hago cabriolas con sus significantes,

otros significados le reinvento.



A las vocales les pincelo espejismos,

recurro a florecerles las mayúsculas,

visto las consonantes con pimientos y rasos.



La palabra insistente se marea,

cae por precipicios, amuralla su espacio,

se sostiene equilibrista entre renglones,

renace en giros, golpea, se hunde,

emerge hacia el futuro.



Mi palabra es posesiva,

no es única,

me pertenece toda.



Origen del misterio de un gran rompecabezas,

sazonada en matices y cadencias

de peregrina voz hecha torrente.



Palabra de tres sílabas que acaricia o hiere,

que grita, que susurra,

hace el amor, clava puñales, se libera.



Reniego de la palabra que mancilla, corrompe,

manipula verdades, desintegra su origen

por abolir el mestizo lenguaje

que amamantó a mi pueblo desteñido.



Renuncio a que me borren diccionarios

que atesoro en raíces

de mi suelo y su siembra.



Cultivo la palabra.

Jamás haré silencio.”



© Silsh


Este lo tenía hace tiempo, creo que tú me lo mandaste en algún correo hace tiempo y me gustó postearlo, yo no soy poeta, pero me gusta apreciar lo bueno y más cuando lo haces tú.

Cariños Juana

Anónimo sábado, agosto 05, 2006  

VOCALES PARA HILDA

La que duerme ahí, la sagrada,
la que me besa y me adivina,
la translúcida, la vibrante,
la loca
de amor, la cítara
alta:
tú,
nadie
sino flexiblemente
tú,
la alta,
en el aire alto
del aceite
original
de la Especie:
tú,
la que hila
en la velocidad
ciega
del sol:
tú,
la elegancia
de tu presencia
natural
tan próxima,
mi vertiente
de diamante, mi
arpa,
tan portentosamente mía:
tú,
paraíso
o
nadie,
cuerda
para oír
el viento
sobre el abismo
sideral:
tú,
página
de piel más allá
del aire:
tú,
manos
que amé,
pies
desnudos
del ritmo
de marfil
donde puse
mis besos:
tú,
volcán
y pétalos,
llama;
lengua
de amor
viva:
tú,
figura
espléndida, orquídea
cuyo carácter aéreo
me permite
volar:
tú,
muchacha
mortal, fragancia
de otra música
de nieve
sigilosamente
andina:
tú,
hija del mar
abierto,
áureo,
tú que danzas
inmóvil
parada
ahí
en la transparencia
desde
lo hondo
del principio:
tú,
cordillera, tú,
crisálida
sonámbula
en el fulgor
impalpable
de tu corola:
tú,
nadie: tú:
Tú,
Poesía,
tú,
Espíritu,
nadie:
tú,
que soplas
al viento
estas
vocales
oscuras,
estos
acordes
pausados
en el enigma
de lo terrestre:
tú.

Poemas de Gonzalo Rojas
Es un poema que va con lo que iniciaste. Por supuesto el tuyo es lindo, pero del grupo la escritora eres tú. Da verguenza, aunque siempre nos dices que lo intentemos escribir al lado tuyo, aunque estamos viendo dos sombritas ¿que están siguiendo tus pasos?
No dije nada.
Abrazos

Anónimo sábado, agosto 05, 2006  

Recién llego del trabajo y leo lo que has esrito , es un soplo al cansancio de la monotonía. No sé cómo haces para seguir sin cansarte. Nunca pensé que llegarías tan lejos. Sólo observo tu felicidad en cada una de esas palabras.

Nos vemos

Anónimo sábado, agosto 05, 2006  

Pienso que toda la vida te has preparado para los saltos mortales,
que si hubiera sido de otra manera, tal vez no existiría la magia en tí. Orgullo y devoción mereces. Respeto y ese amor que hace vibrar la piel, que consume el alma y que te pone en un abismo sin paracaidas. Me escudo
en estas palabras, porque sé que no podré hacerlo de otro modo.

Regina Noctis sábado, agosto 05, 2006  

Veo que han estado entretenidas estos días. ¡Cuánto me alegro!

¡Hasta mañana amigas y amigos!

Anónimo sábado, agosto 05, 2006  

Era obscura la noche, frío el viento y gélidas las olas que rompían feroces contra el casco de tu barco. Cobarde su tripulación había huído y ... sola, de pie en la cubierta, rabiosamente resuelta, afrontabas el destino incierto de tu suerte. No había ni un leve dibujo de miedo en tu semblante. Sólo los dientes apretados y la mirada fija a lontananza, escudriñando el bronco horizonte, delataban el orgullo firme de tu genio.

Fue entonces cuando aquel polizón inadvertido apareció de Dios sabe dónde, y blandiendo con la bravura de un guerrero el timón de la nao a la deriva, puso rumbo al futuro. Surcó con denuedo los mares embravecidos. En su curtido rostro con la luz de la luna brillaban como estrellas las gotas del agua que por el mar arrojada, salvaje lo azotaba. En sus vastas y rudas manos la audacia intrépida se vislumbraba, y de aquel proceloso piélago, quizá de tu mirada enardecido, al bajel rumbo dio debido que a buen puerto, sana y salva, te llevó. Del mismísimo Neptuno la furia de serle arrebatada, aún hoy las olas murmuran.

A aquel ignoto ser, hombre o espíritu, que del abismo infame su tesón la nave en puerto franco fondeó, no le reproches no estar donde tú hubieras querido; estuvo donde en su momento debió. De él Penélope no fuiste ni lo seas; de él guarda el recuerdo alegre y sereno. No rompas sus palabras, pues en tus oídos resonarán por siempre. Y ¿quién sabe cuándo en la nave de la vida un polizón se esconde?.

De aquel ignoto ser, hombre o espíritu, nada abrigues que de tristeza sea fuente. Sencillamente, cada mañana, cuando del cotidiano sueño despiertes, mira debajo de tu almohada si hay un jazmín o... quedó su esencia. Sabrás así que estuvo donde y cuando debía estar.